El Departamento del Tesoro de Estados Unidos está a punto de endurecer la definición del "inicio de la construcción" para los proyectos solares y eólicos elegibles para los créditos de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), siguiendo una orden ejecutiva de Donald Trump. Esta orden, emitida poco después de que Trump firmara la "Ley Grande y Hermosa", obliga al Tesoro a restringir las disposiciones de puerto seguro a los proyectos en los que se haya construido una parte sustancial, con el objetivo de evitar la manipulación de la elegibilidad de los proyectos. Además, la orden exige la aplicación de restricciones más estrictas a las Entidades Extranjeras de Interés (FEOC, por sus siglas en inglés), dirigidas principalmente a la participación de China en la cadena de suministro solar.
La orden ejecutiva también ordena al Secretario del Interior que revise o elimine las políticas que se perciben como favorables a la energía eólica y solar en comparación con otras fuentes de energía. La ley, aprobada por un estrecho margen en el Congreso, ha sido vista como un paso importante durante la presidencia de Trump, con el objetivo de frenar el apoyo a las energías renovables. Los críticos argumentan que esto podría perjudicar a la economía estadounidense en general, ya que la energía solar ha sido un importante contribuyente para satisfacer la creciente demanda de electricidad y apoyar a grandes corporaciones, incluidos los gigantes tecnológicos.



