El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró el martes en una nueva orden ejecutiva que aumentaría los aranceles sobre los productos de acero y aluminio del 25 % al 50 % para apoyar a la industria siderúrgica estadounidense.
Sin embargo, esta política, que es esencialmente arbitraria, ha provocado un gran descontento tanto en América del Norte como en Europa. Según los datos, la mayor parte del acero importado por Estados Unidos proviene de sus dos países vecinos, Canadá y México, que también son los dos países que han criticado con mayor vehemencia la nueva política de Trump.
En un comunicado de prensa, la oficina del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, declaró que la medida del Gobierno de Trump de aumentar los aranceles al acero es ilegal e irracional. El Gobierno canadiense está manteniendo intensas negociaciones con Estados Unidos para eliminar los aranceles.
El ministro de Economía de México, Marcelo Ebrard, criticó públicamente en un evento que los aranceles de Trump son injustos e insostenibles, y que México importa más acero de Estados Unidos. Se compromete a buscar exenciones arancelarias para México.
Funcionarios de la Comisión Europea revelaron que la Comisión se encuentra en las últimas etapas de consultas sobre la ampliación de las contramedidas. Si no se llega a un acuerdo con Estados Unidos, las medidas de represalia existentes y adicionales de la UE entrarán en vigor automáticamente el 14 de julio o antes.
Enormes pérdidas
Los datos muestran que más del 90 % de las exportaciones de acero y aluminio de Canadá van a Estados Unidos. En un comunicado, la industria del aluminio canadiense advirtió que los aranceles adicionales han hecho que las exportaciones canadienses a Estados Unidos no sean económicamente viables. Por su parte, la industria siderúrgica canadiense declaró que el país enfrentará un desempleo catastrófico, ralentizaciones de la producción e interrupciones de la cadena de suministro.
La Asociación de Productores de Acero de Alemania, WV Stahl, también advirtió que el anuncio de Trump de imponer aranceles a las importaciones de acero estadounidense marca una escalada de los conflictos comerciales transatlánticos a un nuevo nivel.
Kerstin-Maria Rippel, directora de la asociación, señaló que la Comisión Europea debe encontrar un equilibrio entre la protección comercial estricta y las negociaciones razonables. La industria siderúrgica europea necesita una herramienta eficaz de protección comercial a corto plazo; en segundo lugar, también es crucial continuar las negociaciones con Estados Unidos sobre un acuerdo bilateral sobre el acero.
El portavoz de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič, dijo a los medios que la Comisión Europea siempre ha dejado claro que está dispuesta a tomar medidas para defender los intereses de la UE. La máxima prioridad de la UE es crear espacio para las negociaciones, con la reducción de los aranceles como objetivo a largo plazo.
Actualmente, la UE se enfrenta a aranceles de importación del 25 % sobre el acero y los automóviles estadounidenses, así como a aranceles recíprocos del 20 % que cubren la mayoría de los productos de la UE, y a un arancel general del 10 %. En respuesta, la UE ha impuesto contramedidas sobre productos estadounidenses por valor de 21 000 millones de euros y planea imponer aranceles adicionales sobre productos por valor de 95 000 millones de euros.



