Ya hace un mes, después de que el presidente estadounidense Trump lanzara una guerra arancelaria a nivel mundial, Michael Cahill, estratega senior de divisas de Goldman Sachs Research, publicó un informe en el que advertía de que los aranceles estadounidenses podrían provocar una depreciación del dólar estadounidense.
Un mes después, a pesar de una tregua temporal en la disputa comercial entre China y Estados Unidos y de las leves mejoras en las perspectivas comerciales y económicas de Estados Unidos, Goldman Sachs sigue manteniendo una perspectiva bajista para el dólar estadounidense durante el resto de 2025.
Los analistas de Goldman Sachs afirmaron que dos grandes nubes siguen amenazando al dólar estadounidense: el cambio estructural en la política comercial estadounidense y la tendencia de reasignación global de activos, que seguirán pesando sobre el dólar estadounidense.
El dólar estadounidense sigue bajo la presión de dos importantes factores bajistas.
Aunque Goldman Sachs ha reducido sus suposiciones sobre las tasas arancelarias estadounidenses tras los avances en las conversaciones entre China y Estados Unidos en Ginebra, advierte de que el régimen comercial estadounidense sigue siendo altamente proteccionista.
Goldman Sachs espera que los aranceles de Trump sigan suprimiendo los ingresos reales de los ciudadanos estadounidenses, reduciendo los márgenes de beneficio empresarial y provocando incertidumbres persistentes en la economía estadounidense. Esta incertidumbre puede frenar aún más las decisiones de inversión y fijación de precios, limitando el atractivo del dólar estadounidense.
Por otro lado, para los inversores globales, la tendencia hacia una mayor diversificación en activos no estadounidenses se ha vuelto cada vez más evidente en los últimos tiempos.
A pesar de las recientes mejoras en los rendimientos del mercado bursátil estadounidense, Goldman Sachs cree que las valoraciones de las acciones estadounidenses no son bajas y que los activos fuera de Estados Unidos ofrecen un mayor potencial de rendimiento, lo que respalda los flujos de capital hacia activos no denominados en dólares estadounidenses.
Además, la imprevisibilidad de las políticas del Gobierno de Trump en Estados Unidos también alienta aún más a los inversores globales a reducir sus inversiones en dólares estadounidenses y en activos denominados en dólares estadounidenses.
"Los planes de gasto en el extranjero inesperadamente altos y el débil rendimiento de los activos estadounidenses ya han provocado algunas retiradas temporales pero activas de los activos estadounidenses", escribió Goldman Sachs en su informe de investigación. Los bancos centrales extranjeros están reduciendo su dependencia del dólar estadounidense, y los inversores privados pronto podrían seguir su ejemplo.
En resumen, Goldman Sachs espera que, impulsado por las persistentes incertidumbres en la política comercial y la tendencia de reequilibrio global de las carteras y la reducción de las asignaciones centradas en Estados Unidos, el dólar estadounidense seguirá debilitándose en 2025.
A medida que los inversores extranjeros reevalúan sus exposiciones al riesgo en un entorno macro y político cambiante, se espera que la fortaleza del dólar estadounidense disminuya gradualmente. Goldman Sachs predice que el dólar estadounidense seguirá cayendo un 10 % frente al euro y un 9 % frente al yen y la libra este año.



