Taiwán comenzó a desconectar su último reactor nuclear en la planta de Maanshan el sábado, al vencerse su licencia de 40 años, eliminando una fuente que proporcionaba alrededor del 3 % de la electricidad de la isla. Este movimiento se produce a pesar de las recientes revisiones legislativas que ahora permiten a las centrales nucleares extender sus operaciones hasta 20 años.
El cierre genera preocupaciones sobre la seguridad energética, especialmente para la industria de semiconductores de Taiwán, que consume mucha energía. Taiwan Power Co. está añadiendo casi 5 GW de capacidad de gas y 3,5 GW de energía eólica y solar para compensar la brecha nuclear, pero se espera que la dependencia del GNL importado continúe.
La energía nuclear es aproximadamente la mitad de costosa que el GNL, y las débiles finanzas de Taipower pueden obligar al Gobierno a aumentar los precios de la electricidad. Incluso si el reactor de Maanshan se reactiva bajo la nueva ley, un reinicio podría tardar entre 2 y 4 años tras las revisiones de seguridad.



