El jueves, hora local, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que Estados Unidos y Reino Unido habían alcanzado su primer acuerdo comercial desde el anuncio de los "aranceles recíprocos". A pesar de las afirmaciones de los funcionarios de la administración Trump de que el acuerdo comercial entre Estados Unidos y Reino Unido reportaría importantes beneficios a Estados Unidos, la industria automotriz estadounidense ha criticado duramente el acuerdo.
Una organización que representa a los tres principales fabricantes de automóviles de Detroit, General Motors, Ford y Stellantis, criticó el jueves el acuerdo comercial entre Estados Unidos y Reino Unido, afirmando que perjudicaría a la industria automotriz estadounidense.
En virtud del acuerdo comercial entre Reino Unido y Estados Unidos, los fabricantes de automóviles del Reino Unido recibirán una cuota anual de 100.000 vehículos que podrán exportar a Estados Unidos con un arancel del 10 %. Esto es casi equivalente al número total de automóviles que el Reino Unido exportó a Estados Unidos el año pasado, mientras que México, Canadá y casi todos los demás países enfrentan un arancel del 25 % sobre las importaciones de automóviles a Estados Unidos.
"En virtud de este acuerdo, importar un automóvil del Reino Unido que prácticamente no contiene piezas estadounidenses será más barato que importar un automóvil de México o Canadá que cumple con el T-MEC y que tiene la mitad de sus piezas de Estados Unidos", dijo el Consejo de Política Automotriz de Estados Unidos (AAPC). "Esto perjudica a los fabricantes, proveedores y trabajadores automotrices estadounidenses".
Los fabricantes de automóviles estadounidenses temen que el acuerdo comercial entre Estados Unidos y Reino Unido pueda servir de plantilla para otros acuerdos, lo que pondría en desventaja a sus automóviles ensamblados en Canadá o México.
La organización añadió que esperaba "que el trato de acceso preferencial del que disfrutan los automóviles del Reino Unido en relación con los automóviles norteamericanos no sentara un precedente para las futuras negociaciones (de Estados Unidos) con los competidores asiáticos y europeos".
Para mitigar el impacto de los aranceles sobre los automóviles en los fabricantes de automóviles y las industrias relacionadas, Trump firmó una orden ejecutiva a finales del mes pasado, en la que implementó una serie de medidas, entre las que se incluye permitir una compensación parcial a los productores que importan autopartes y ensamblan automóviles en Estados Unidos. Sin embargo, se mantiene un arancel del 25 % sobre los automóviles importados. También extendió la exención de aranceles para las autopartes fabricadas en Canadá y México que cumplen con las normas de origen del T-MEC.
Sin embargo, los fabricantes de automóviles esperan que Trump reduzca los aranceles sobre los automóviles.
Ford confirmó esta semana que, debido a los aranceles, el fabricante de automóviles ha aumentado los precios de tres modelos fabricados en México y afirmó que la agenda arancelaria de Trump le costaría unos 1.500 millones de dólares para todo el año 2025.
General Motors dijo que espera que los aranceles le cuesten entre 4.000 millones y 5.000 millones de dólares, mientras que Toyota estimó que los costos de los aranceles para abril y mayo serían de unos 1.200 millones de dólares.
