La mayor empresa petrolera de Estados Unidos, ExxonMobil, está aprovechando tecnología innovadora para cambiar de los combustibles fósiles al sector de vehículos eléctricos. La compañía está aplicando ahora su experiencia en química para abordar tres grandes cuellos de botella en la adopción de vehículos eléctricos: la vida útil de la batería, la velocidad de carga y la seguridad de la cadena de suministro. Este cambio estratégico se produce en un momento en que la demanda mundial de petróleo se está desacelerando mientras las ventas de vehículos eléctricos están aumentando.
En el centro del avance tecnológico de ExxonMobil se encuentra una mejora en la química de las baterías de iones de litio, particularmente en el ánodo, el componente que almacena los iones de litio durante la carga. Mientras que los ánodos tradicionales utilizan grafito, la compañía ha innovado desarrollando una nueva variante de grafito sintético, una "molécula de carbono novedosa" que mejora el rendimiento de la batería: extiende la vida útil hasta en un 30%, permitiendo que los vehículos eléctricos soporten más ciclos de carga y descarga antes de degradarse, al mismo tiempo que mejora la densidad energética. Se espera que este avance aumente la autonomía de conducción en un 30% y reduzca significativamente el tiempo de carga, haciendo que los viajes eléctricos de larga distancia sean más viables. Al refinar el proceso de intercalación, donde los iones de litio se insertan entre las capas de grafito, la tecnología minimiza efectivamente la degradación del rendimiento causada por el uso repetido, abordando una debilidad común en las baterías actuales.
La ventaja competitiva de ExxonMobil radica en su uso de grafito sintético. Este material de carbono diseñado en laboratorio se produce a partir de subproductos del petróleo u otras materias primas en lugar de ser extraído. En comparación con el grafito natural, el grafito sintético ofrece mayor pureza y consistencia. Su producción es menos intensiva en mano de obra, escalable a través de las refinerías de ExxonMobil y más respetuosa con el medio ambiente debido a un menor uso de tierra y emisiones. Este material supera a las alternativas extraídas en conductividad y estabilidad, mejorando directamente la eficiencia y confiabilidad de la batería. Tras la adquisición de los activos de Superior Graphite en septiembre de 2025, ExxonMobil tiene como objetivo expandir la capacidad de producción nacional en Estados Unidos, reducir la dependencia de las importaciones y apoyar la fabricación local de vehículos eléctricos.
Varios fabricantes importantes de vehículos eléctricos están realizando actualmente pruebas rigurosas de la nueva formulación química. A través de memorandos de suministro de litio firmados con gigantes de baterías como SK On y LG Energy Solution, es probable que estas empresas estén integrando el grafito sintético en prototipos para socios como Ford y Hyundai. Los primeros resultados de las pruebas indican una carga más rápida y una autonomía extendida, aspectos cruciales tanto para operadores de flotas como para consumidores.
ExxonMobil tiene una hoja de ruta clara: lograr la producción comercial de grafito sintético para 2029 y comenzar a desarrollar recursos de litio a partir de depósitos salinos de Arkansas a partir de 2027. Mediante el uso de tecnología de Extracción Directa de Litio (DLE), la empresa pretende suministrar material suficiente para más de un millón de vehículos eléctricos anualmente para 2030, al mismo tiempo que reduce costos y emisiones. Esta inversión de 30,000 millones de dólares en bajas emisiones de carbono, que incluye sinergias de captura de carbono, posiciona a ExxonMobil como un puente entre el petróleo y las energías renovables, garantizando la independencia energética, creando empleos en Estados Unidos y acelerando la transición hacia un transporte sostenible.



