Según informes de los medios tailandeses, la Junta de Inversiones de Tailandia (BOI) celebró una reunión el día 19 y presentó cuatro medidas para ayudar a las empresas tailandesas a hacer frente a los aranceles estadounidenses y a los desafíos externos.
En primer lugar, dejará de ofrecer incentivos de promoción de inversiones a las industrias con un excedente de oferta o a las vulnerables a las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos y otros países. Entre ellas se encuentran la fabricación de células y paneles solares, ciertas piezas de automóviles (como baterías de plomo-ácido, piezas decorativas y otros accesorios que no afectan al rendimiento y la seguridad de conducción del vehículo), el corte de metales, la clasificación de residuos fuera de los parques industriales sin enlaces de reciclaje, las industrias siderúrgicas aguas abajo, como la fabricación de productos largos, chapas y placas (incluidos solo el acero en bobinas laminadas en caliente y las chapas gruesas de acero) y diversos tipos de tuberías de acero.
En segundo lugar, fortalecerá la revisión de los procesos de producción críticos en las industrias vulnerables a las medidas comerciales estadounidenses. Para industrias como las de piezas de automóviles, electrodomésticos, electrónica, productos metálicos e industria ligera, se establecerán condiciones claras que exigirán la posesión de procesos de producción críticos que procesen y transformen completamente las materias primas, mejorando así la aceptabilidad de los productos tailandeses en los mercados de exportación y salvaguardando los intereses nacionales.
En tercer lugar, ajustará las condiciones de contratación de personal extranjero. Para las empresas manufactureras que soliciten promoción de inversiones, si el número total de empleados de la empresa alcanza los 100 o más, al menos el 70 % de ellos deben ser ciudadanos tailandeses. El personal extranjero que solicite visas y permisos de trabajo de la BOI debe cumplir con los estándares salariales mínimos, como un salario mensual no inferior a 150.000 bahts tailandeses para los altos directivos y no inferior a 50.000 bahts tailandeses para el personal profesional y técnico, a fin de proteger el empleo local.
En cuarto lugar, apoyará a las pequeñas y medianas empresas (pymes) afectadas por los aranceles estadounidenses. Se alienta a las pymes tailandesas a invertir en la mejora de su eficiencia y competitividad, por ejemplo, mediante la sustitución de maquinaria y equipos, la adopción de tecnologías de automatización y digitales, el ahorro de energía, la actualización a las normas internacionales de sostenibilidad y la transición a industrias emergentes. La exención original de tres años del impuesto sobre la renta de las empresas (limitada a no más del 50 % del monto de la inversión) se ampliará a cinco años (limitada a no más del 100 % del monto de la inversión).



