Peter Schiff, un reconocido economista de Wall Street y "escéptico del dólar estadounidense" desde hace mucho tiempo, volvió a abordar una serie de cuestiones económicas, entre ellas la deuda de los consumidores estadounidenses, la fragilidad del dólar estadounidense y el cambio en el panorama de las monedas de reserva mundiales, durante una entrevista con los medios este fin de semana.
En la entrevista, Schiff profundizó en cómo el comportamiento imprudente de endeudamiento de los consumidores y el Gobierno estadounidenses está entrelazado con la insostenible narrativa de la hegemonía del dólar estadounidense, y los efectos dominó resultantes en la seguridad económica, la inflación y el mercado del oro.
Al analizar la psicología de los consumidores estadounidenses que enfrentan presiones financieras, Schiff señaló sin rodeos que muchos estadounidenses sumidos en la deuda han perdido la motivación para frenar sus préstamos. Schiff declaró:
Aquellos estadounidenses que siguen pidiendo préstamos por desesperación pueden ya no preocuparse por pagar sus deudas.
Solo quieren pedir más préstamos. De hecho, cuando la escala de la deuda supera con creces la capacidad de reembolso y la quiebra es solo cuestión de tiempo, las personas pueden optar por entregarse por completo. Mi punto es: ¿por qué no pedir más préstamos?
Por lo tanto, los consumidores no dudarán en refinanciar casas que están destinadas a ser embargadas, agotar las tarjetas de crédito sin intención de pagarlas o firmar acuerdos de "compra ahora, paga después", que, en su opinión, son esencialmente "compra ahora, nunca pagues".
Luego, Schiff cambió la conversación a la causa raíz de este endeudamiento desenfrenado, enfatizando la burbuja más grande que se está inflando silenciosamente detrás de ella: los mercados del dólar estadounidense y los bonos del Tesoro estadounidense.Argumentó que es esta burbuja la que alimenta los desequilibrios comerciales y el declive del sector manufacturero estadounidense, en lugar del "fraude" extranjero o los aranceles, como afirman algunos funcionarios de la administración Trump:
En primer lugar, la mayor burbuja es la del dólar estadounidense y los bonos del Tesoro estadounidense.
El secretario del Tesoro estadounidense, Bentsen, dijo que es el enorme déficit comercial el que ha vaciado la base industrial estadounidense, destruido las cadenas de suministro y sacrificado la seguridad económica.
Todo esto es cierto, pero ha identificado mal la causa. Atribuye todos estos problemas a los extranjeros que se dedican al fraude a través de barreras arancelarias y no arancelarias. No obstante, la causa fundamental radica en otra parte (en el propio sistema del dólar estadounidense).
Schiff se centró entonces en los riesgos que la mayoría de los responsables políticos se niegan a reconocer: la vulnerabilidad del sector bancario estadounidense ante la estanflación. Explicó que las pruebas de resistencia realizadas por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) han pasado por alto un escenario que podría revelar realmente las debilidades del sistema bancario:
De hecho, como saben, la estanflación, una combinación de debilidad económica y aumento de los tipos de interés, es un escenario de prueba de resistencia que la Fed nunca ha aplicado a ningún banco.
La Fed cree que, en el peor de los casos, que implica una recesión económica masiva y un alto desempleo, los tipos de interés volverán a cero y los rendimientos de los bonos del Tesoro se desplomarán.
No obstante, no han realizado pruebas de resistencia para un escenario en el que, en medio de una recesión económica y un alto desempleo, la inflación y los tipos de interés aumentarían en lugar de disminuir... En una situación verdaderamente adversa, ambos se desplomarían.
Al centrarse en los flujos de capital globales, Schiff señaló la situación actual en la que los bancos centrales de todo el mundo están acelerando la venta de activos en dólares estadounidenses y aumentando sus reservas de oro, y predijo que el proceso de desdolarización aún se encuentra en sus primeras etapas y que los precios del oro aumentarán considerablemente:
"Estamos avanzando hacia un precio del oro de 4.000 dólares o incluso más. Mientras los bancos centrales venden dólares estadounidenses, también están comprando oro".
"Están cambiando sus reservas del dólar estadounidense al oro, lo que significa que tampoco comprarán bonos del Tesoro estadounidense ni valores respaldados por hipotecas (MBS)".
"Este proceso acaba de empezar. Aunque lleva varios años en marcha, aún queda mucho camino por recorrer".
Por último, Schiff respaldó su argumento revisando cómo Estados Unidos ha utilizado el estatus de moneda de reserva mundial del dólar estadounidense para mantener un estilo de vida que supera su producción y ahorro nacionales. Advirtió que, a medida que el mundo se aleje gradualmente del dólar estadounidense, los estadounidenses se verán obligados a volver a hábitos más sostenibles: la producción y el ahorro, en lugar del consumo y el endeudamiento:
"El cambio del que estoy hablando está relacionado con el hecho de que nosotros (Estados Unidos) hemos viajado gratis en el tren económico mundial".
"El estatus de moneda de reserva del dólar estadounidense nos ha permitido sobregirarnos como nación. Como país, consumimos más que nuestra producción total y pedimos prestado mucho más que nuestros ahorros totales".
"Por lo tanto, nuestro nivel de vida, sí, nuestro poder adquisitivo, se ha visto mejorado por el papel del dólar estadounidense. Sin el dólar estadounidense como moneda de reserva, tendríamos que producir más, lo que también significa que tendríamos que ahorrar más".
"En otras palabras, una vez que desaparezca este privilegio del dólar estadounidense, los estadounidenses se verán obligados a volver a la realidad: deben crear riqueza a través de la producción tangible y mantener sus vidas con ahorros reales, en lugar de seguir disfrutando de la falsa prosperidad actual sostenida por la deuda".
