La semana pasada, en el frente macroeconómico, hubo señales de distensión en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Estados Unidos publicó datos de empleo, incluidos el PIB del primer trimestre, la inflación de abril y las nóminas no agrícolas, lo que reveló un patrón en el que la realidad a menudo muestra resistencia y sorpresas, aunque las expectativas siguen siendo cautelosamente optimistas. Las políticas nacionales han mantenido temporalmente su postura, con el PMI manufacturero de abril retrocediendo. En el frente fundamental, el lado de la oferta de aluminio ha mantenido una capacidad estable en los últimos dos meses, rondando los 45,5 millones de toneladas. Todavía hay divergencias entre los diferentes sectores de consumo, con un buen desempeño del consumo de cables, el consumo fotovoltaico ya en su punto máximo y otros sectores entrando en la recta final de la temporada alta.
En resumen, durante las vacaciones del Día del Trabajo, los mercados extranjeros experimentaron un repunte generalizado en la aversión al riesgo, estimulado por las noticias positivas sobre el progreso de las negociaciones arancelarias. Sin embargo, las incertidumbres en torno a las negociaciones comerciales siguen siendo elevadas y aún existe la posibilidad de un mayor debilitamiento de la economía estadounidense. Con una oferta estable en el frente fundamental y el final de la temporada alta de consumo, la dinámica de la oferta y la demanda a corto plazo es favorable, pero las expectativas son relativamente débiles. Se debe prestar atención a la acumulación de inventarios de lingotes de aluminio en el inventario social después de las vacaciones. Se espera que la presión alcista sobre los precios del aluminio por encima de las 20.000 toneladas aumente gradualmente.



